Un toque más libre


No soy mucho de turismo rural, pero al final lo he disfrutado (igual, fui más por chamba). He bajado por cerca de una hora por un estrecho sendero desde Quillunza hasta Cotahuasi. He caminado conversando de la vida con un pastor de alpacas de Huarcaya. He viajado en la tolva de una camioneta con las ráfagas de viento frio de los Andes rozando mi cara. Ya en Arequipa, me he alojado de madrugada en la casa de una chica desconocida en Selva Alegre. He caminado bajo el sol tostador de un domingo arequipeño por Mercaderes escuchando a Limite Zero. Después de días dificiles ha venido bien. Conteniendo un papel con tres promesas de vida, he tirado un Post it en un riachuelo tonto que va parar a las profundidades del Cañon del Cotahuasi. He venido con toda la actitud de cumplirlas. Un toque más libre.


0 comentarios: