17 grados, cielo nublado

Hoy ha sido un dia muy limeño. Ni frio ni calor. Gris como el cielo que se encapota encima de la ciudad y como el polvo que entra desde el desierto costero y se empeña en llenar las fachadas de las casas, aunque las limpien. Con el pasar del tiempo he terminando asimilando que gris es el color de la tristeza pero tambien de una belleza extraña. Rostros ultradiversos, lujos y miserias; la extraña costumbre limeña de ser unos en sus casas y otros en la vida social; ese aura tropical andina importada. Estos días han sido cargados. La ciudad esta llena de carteles politicos. Mientras, yo he seguido caminando hoy por Av. Aramburú pensando en mis proyectos de dejar de ser "mileurista". En mi resistencia a apelmazarme en la monotonia de los años; aunque parte de mi me lo pida. No estar aqui. Y aunque quisiera hacer de viajar parte de mi vida, se que llevaré mi estampa gris conmigo. Quiza sea el pronostico de todos mis dias: 17 grados, cielo nublado. Y sobre la politica, desde mi propia "revolucion madrileña" he querido votar a la izquierda.

Lima esta con la Fuerza - La Sarita

Probablemente

Viajaba en la Daewoo entre San Miguel y La Molina. Con mi pequeña maleta azul y con el jean más desgastado que pille. Sin muchos animos de nada. Como una diva en decadencia. 24 años. Ya casi aggiornado. Pensando en nuestra extraña relacion que se termina. Es cierto que nunca te quize. Pero si me mantuvo a ti el hecho de que va pasar mucho tiempo para que vuelva a encontrar a alguien que quiera algo serio. Cuando regreses, buscame. Probablemente continue tan solo como el dia en que me conociste.

El futuro ya esta aquí


Hoy después de llegar de la chamba me he puesto mis ropas más queridas y antiguas a la vez y terminado vestido de azul marino pero con medias de colores. Ahora que me he sentado en la cama luego de limpiar, me siento con la sensación de que mi departamento nunca queda limpio del todo. Como esas antiguas casas aristócratas de San Isidro que con el pasar de los años van perdiendo su prestancia. En días cumpliré un año más. Me he querido comprar una ropa muy guay que he visto en Joaquim Miró, meterme a clases de hip hop, pedir cosas de Natura y un huevo de cosas más. Pero las cuentas rojas no me dejan. Son mis arrebatos frente a los años que parecen pasar como ráfaga. Por que cuando era niño y alucinaba que tenía 20 no reparaba en que luego llegaria 24. De allí será la razón por la que aferro a la movida madrileña que es de cuando yo ni nacía.