Juntos aunque lejos

No se donde ira a llegar esto. Solo sé que quiero seguir contigo., con todas las esperanzas puestas. Por que como ya te he repetido un par de veces, ahora cuando me siento triste, confundido, o deprimido; se que existes tú. Que hay alguien allá un poquito lejos a quien que le intereso y que me quiere. Eso hace que me sienta mejor. Espero que tu lo sientas igual. Gracias por todo esto. No importa la distancia. Siempre estamos juntos.

No tengo fé en el Paraiso

Ahora tengo ya tu nombre, eso es todo lo que tengo y lo que quiero...

PD.- Preparando tantas cosas que decir y que asumir...

todo sobre mi viaje ii (1 de enero del 2009)

Al día siguiente, 1 de enero del 2009, salí a caminar por las calles de Guayaquil en busca de un lugar donde desayunar. Pero no había nada. Todos los comercios estaban cerrados y yo creí que no había mejor oportunidad para caminar por esta ciudad tan nueva para mi. Y nada. Camine por la calle 9 de octubre, una de las principales de Guayaquil, con dirección al Malecón 2000. A medio camino encontré un farmacia abierta donde había un teléfono publico. Fui emocionado con mis monedas con la idea de llamar a Andrés, pero los teléfonos aquí no funcionaban con monedas sino que con tarjetas. Así que compre un tarjeta en la misma farmacia y llame a Andrés y le comfirme que ya estaba en Ecuador y que ese mismo día saldría hacia Quito. Luego seguí caminando por la calle hasta llegar al Malecón 2000. Esta zona estaba desierta así que aproveche para disfrutarla con tranquilidad debajo de un fuerte sol. Desde allí pude observar el inmenso rió Guayas, que hace que el Rimac de Lima sea un despreciable riachuelo. Luego camine de regreso buscando un cafetería donde desayunar (en ese transcurso sucedió una de las cosas más absurdas e inesperadas de mi vida que prefiero omitir en esta narración pero que siempre quedara en mi recuerdos). Al no encontrar ningún lugar donde desayunar regresé al hotel y aliste mis maletas para partir. Tome un taxi y me dirige al terminal de buses de Guayaquil. Allí compre el pasaje hacia Quito. Aproveche para llamar a Andrés de nuevo y decirle la hora en la que iba partir el bus. Como faltaba cerca de dos horas para las 12:00, hora que partiría el bus, aproveche para pasear por el terminal. Era un centro comercial grande con tiendas y y restaurantes. Habia mucha gente regresando a sus ciudades luego de pasar el año nuevo en Guayaquil. En este momento, comprendi lo feliz que me sentía de estar aquí. De haber llegado hasta aquí. No se si se deba al lugar. Quizá al hecho de haber salido de Lima, de estar en un rumbo impredecible. De saber que ya había pasado dos días solo y me faltaban 18 más que afrontar.
A las 12:00 salio el bus hacia Quito. A media hora de partir el carro sufrió una avería y se detuvo al lado de la carretera para arreglarlo. Mientras tanto yo pensaba en las 7 supuestas horas que tomaría este viaje... Pasamos por varios pueblos. La gente continuaba celebrando aun las fiestas de nuevo año. Estaban en las puertas de sus casas, con sus familias, con sus amigos, tomando y conversando. Antes de subir a los Andes, el bus se detuvo en un pueblo donde tome un gaseosa. Me sorprendió ver un KFC en un lugar tan apartado...A partir de allí, el bus se interno en un accidentada carretera, por momentos peligrosa por las curvas. La noche ya había llegado. Yo me preocupaba por que ya habían pasado mas de 7 horas y pensé que Andrés me debería estar esperando. Por momentos creí desesperar por que quizá Andrés no soportaría mi demora y se iría. No tenia sentido. Estaba haciendo este viaje solo pero a la vez temía seguir estandolo...
Cerca de las 9:30 el carro por fin entro a Quito. Al principio me pareció una ciudad muy rustica, llena de pueblillos como los acostumbrados a ver en las serranias del Perú. Con sus tejas y sus caídas de aguas para las lluvias. Pero luego entro una zona mucho mas urbanizada y finalmente llego al paradero final del bus en el barrio de La Mariscal. No fue difícil identificar a Andrés y ver con alegría que si me había esperado. Pese a no conocerlo, desde que lo salude me sentí en confianza. Subí a su carro. Mientras le contaba de lo mucho que tarde en llegar, de verdad sentí un alivio saber que me había esperado y una emoción por los espectaculares días que pasaría en la sierra de Ecuador. Para llegar a la casa de Andrés emprendimos un viaje por la carretera Panamericana cerca de un ahora hacia la ciudad de Ibarra al norte de Quito. La carretera era muy oscura y estaba muy nublada. Recuerdo que hablamos mucho con Andrés, sobre mis planes los días que venían, sobre nuestro pasado común como TJs, sobre las enormes casualidades que nos hicieron que nos conociéramos. Antes de llegar a su casa compramos algo de comida en un puesto. Llegamos a su casa, me duche, y dormí como no había dormido lasa dos noches anteriores.

Todo sobre mi viaje I (31 de diciembre del 2008)

Salí de Lima a las 9:30 del martes 30 con dirección a Piura el. Un viaje largo, pero ya me había hecho la idea por que no era la primera vez que viajaba en mi vida. Así que lo hice mas llevadero escuchando música y viendo las pelis que proyectaba el bus. De compañía, fatal. Una una chica alemana impresentable que se movía demasiado. Llegue a Piura a eso de las 11:00 del 31 de diciembre. Ni bien llegue tome un taxi hacia el terminal de la empresa que me llevaría hacia Guayaquil. Al entrar al terminal, pese a estar en Piura aun, pude sentir otra atmosfera, no lo se, algo distinto. No se si la gente, la emocion de viajar. Tuve muchisma suerte por que justo estaba saliendo el ultimo carro. Lamentablemente no iba llegar hasta Guayaquil y solo se quedaría en Machala. Ni modo, igual lo tome. Bueno así seguí un viaje de unas 7 horas a través de campos de alagarrobos y bosques secos a travesando lo que quedaba de Perú (las casas ya tenían a los muñecos que iban a quemar en año nuevo). Pase por Mancora, Punta Sal y Punta Mero (la de Fugitivo de Mar de Copas). En Aguas verdes tuve que sellar mi pasaporte de salida del Perú. Allí un chico que yo pensé que era de Migraciones me lleno la tarjeta andina, yo todo tonto lo deje. Al final resulto que era un desconocido. Hasta ahora busco que me robo.... Todavía no he visto que falte algo del equipaje. Luego, tuve que llenar nuevamente la tarjeta andina al otro lado de la frontera , en Ecuador. Aquí la gente ya se iba preparando para el año Nuevo. Normal por que 31 y ya atardecia. El ambiente era mas festivo que el lado peruano, sera por lo tropical... Como el bus solo iba hasta Machala tuve que bajar ahí. Pucha, allí no encontraba carro para Guayaquil. Todos los buses venían llenos. Así que tube que subirme a una bus que iba repleto, repleto. Nunca en mi vida había ido en el dintel de la puerta (colgándome) de un bus y nunca lo volveré hacer. Igual la aventura estuvo interesante. Pero no así lo largo que se me hizo llegar a Guayaquil. Parecía que nunca fuese a llegar pasaban los kilómetros y kilómetros a través de plantaciones interminables de plátanos. Me dolían los brazos y las piernas de tanto estar colgado en el carro. Encima con el temor de que me roben la mochila o los documentos. Pero no, todo salio bien. Después de mucho esperar, llegue al terminal de Guayaquil. Como ya faltaban 2 horas para el Año Nuevo todo estaba cerrado ni tienda de comida, ni cabinas de telefono, nada. Asi que no pude llamar a los contactos que medio Hernan. Ni modo. Salí del terminal con mucho temor en medio de una ciudad que era completamente desconocida para mi y de noche. Tome un taxi que me llevaría al hotel que me habían recomendado. Llegue pedí el servicio, entre a mi cuarto, deje las maletas. Y salí en busca de algo para cenar, pero las 12:00 se acercaban , todo estaba cerrado en la ciudad y no tuve mas remedio que regresar al hotel. Me bañe, prendí la tele y pase uno de los Años Nuevos mas triste de mi vida....jaja un toque desmoralizado pero normal, sabia que esas cosas iban a pasar. Era parte de la aventura. Y así termino y comenzó mi primer trayecto de viaje. El día siguiente estuvo mejor...
PD1.- Dato curioso. En la carretera hacia Machala , subían chicos pidiendo dinero con la unica gracia de hacerlos vestidos de mujeres de muy mal gusto. Había gente que si les daba dinero.
Escrito en la ciudad de Ibarra