Que el cambio climático

Alcibíades participó también en la Hora del Planeta.
No se trata de un mero gesto. Es el intento de mostrar a los políticos que los ciudadanos de todo el mundo nos preocupamos por el cambio climático y estamos dispuestos a hacer esto y más para apoyar políticas para luchar y asimilar el problema.

De los días de incertidumbre

Y han sido días de mucha incertidumbre. De frustración laboral. Finalmente se dió lo que esperaba. En palabras redundantes que suele dar mi jefe, pues he sentido la libertad de buscar una nueva chamba y él de aceptarlo. Creo que cumplí un ciclo allí. Aunque me pese, lo más probable es que busque otro trabajo en el mediano plazo.
Mientras tanto ando ajetreado con el lanzamiento de la maestría. Agobiado por las deudas que se me vencen y los presupuestos que no se aprueban. Con más déficit en mis cuentas que Grecia post crisis financiera. Pensando en subarrendar mi piso o cosas peores. Pero reparo que solo tengo una cama. Y eso me lleva a pensar nuevamente en el hecho...
En esa soledad es que finalmente decidí en adoptar a Alcibíades. Un gato que me obsequio un chico muy buena gente que conocí por Facebook. Sintiéndome yo tan vulnerable, el hecho de verlo tan flaquillo y débil me ha obligado a obviar eso y sonreír un poco.
Una ducha fría. Un poco de orden. Y asumir lo que se pueda. A no echarle muchas esperanzas a sus mensajes de texto y a prepararse para el invierno limeño que ya se acerca...

Recuerdos

Recuerdo que esa noche te reías de las cosas que yo decía mientras nos desnudábamos. Me preguntabas cosas de mi vida. Yo respondía sin interés. Me mirabas profundamente. Te habías dado cuenta que mi indiferencia no era sincera. Y no es que sea ingenuo. Si me di cuenta tambien. Y mientras me mirabas, yo quería responderte con esa misma mirada que nunca estaría contigo. No porque no me gustaras. Sino por que se que yo no soy el chico que te gustaría tener, solo sería el chico con el que te conformas.

Recuerdo que esa noche descubrí que se puede llegar al orgasmo con solo caricias. Un pedasito de plastilina. A la madrugada, estaba por las calles de San Isidro caminando sin haberme bañado (tu colección privada de cerámicos Chancay incrustadas en el baño me asustaron). Mar de Copas, que nunca defrauda, daba la banda sonora precisa: "yo solo tengo que ofrecer que no te voy a querer tanto como ayer".

Bailaré

Bailaré y bailaré con esta cancion que me ha sacado un poco la desazón:

Dilema

Ser Rimbaud o ser Amelie. Allí hay un dilema. Por lo pronto solo me muestro indiferente. Mi temor es que me empieza a salir natural.Como me gustaría que el consejo del Hombre de Cristal fuese para mi. Pero también esta el hecho de que los niños buenos no se comen una rosca...

Muita saudade

Saudade es el termino mas difícil de traducir del portugués pero es algo así como el sentimiento de vacio a causa de una alegría ausente que alguna vez se vivió. Aquí van las cosas que me causan mucha saudade del viaje a Brasil:

  • Porto Alegre y su aire entre rural y moderno y caminar por su calles y estar por primera vez en un país donde no entendía el idioma.
  • Metiéndome feliz, mareado y con ropa a Praia das Azores en la noche de Año Nuevo
  • La serenidad de los paseos en bus y a pie por Florianopolis bajo su sol inmenso y rodeado del Atlantico.
  • Bañandome en una una playa descampada y ver que eran las 8:00 PM y no anochecía.
  • Reemplazar los almuerzos por un vaso de cremolada de acai en Rio de Janeiro y no sentir hambre por eso.
  • Caminar por las calles de Sao Paolo viendo tiendas de ropa interior.
  • La noche del ultimo sábado en Sao Paulo bailando en el Tunnel I gotta feeling de Black Eyed Peas
  • Los viajes interminables en bus, las esperas en las rodoviarias, las miradas, los olores, las personas que conocí, el vivir vivir sin que el tiempo importe. Por eso vivo.

De los últimos días de verano

Dormir desnudo. Amaneceres tempranos. Duchas frías. Necesarias clases de ingles que me causan modorra. Desayunos con el Pato. Idas y venidas en la oficina. El pasar de las horas. El acostumbrarse a las ensaladas de anchovetas con champiñones y sopas instantáneas (hechas por mis propias manos). Citas tontas, conversaciones profundas y relaciones virtuales efímeras. Las tardes parecen tan lentas cuando vives solo. Pero ya te vas acostumbrando. Después de todo es mejor así. Has hallado la libertad del que ya no busca. Del que ya no va esperando nada al caer la tarde. Solo un frapé de vainilla y Mar de Copas; aunque aun sea verano y haya que estar un poquito menos denso...