todo sobre mi viaje viii (7 de enero del 2009)

El miércoles me levante muy temprano. Necesitaba cambiar mis dolares por pesos colombianos y quería hacerlo temprano para no seguir prestándome dinero de Tavis o de Lucy. Asi que despues de bañarme nuevamente, salir del hostel rumbo a la plaza Nariño donde Sebastian me dijo que había una casa de cambio. Al salir, la ciudad tenia otro aire. De un día para otro la ciudad había cambiado. La gente se había levantado muy temprano para limpiar toda la mugre de polvo, pintura, talco que los tres días de fiesta habían dejado. Todo el mundo con baldes, con mangueras limpiando paredes, pistas, veredas, vidrios. Un ritmo frenético. Y allí caminando en medio de esa especie de ritual de novación, con el brillo del sol sobre mi me sentí recontra bien mientras escuchaba en mi reproductor Fugitivo, esa cancion que la banda sonora de esta mi aventura. En la tienda cambie 20 dolares (aunque después me di cuenta que debía cambiar más). Al toque regrese al hostel, entre de frente a la habitación de Tavis y Lucy (donde yo estaba alojado el día anterior). Allí estaba Sebastian, intentando gilearse a Lucy mientras Tavis empacaba y andaba en pelotas. Luego, cuando todos estuvimos listos, bajamos un toque a la cafetería del costado a tomar desayuno. Esta vez disfrute por primera vez el desayuno bien, sin el mal sabor de la resaca del día anterior. Comí huevos revueltos con arroz y patacones, jugo de mora y por supuesto , café colombiano. Luego regresamos nuevamente al hotel para recoger nuestro equipaje e irnos con m mucha pena por los días que habíamos pasado allí. Para cerrar la fiesta y antes de irnos al terminal de buses regresamos a la plaza y tomamos un par de chelas más. Yo aproveche para cambiar más dolares. Creo que tomamos dos rondas de chela mas (una nos regalo el vendedor por ser sus clientes estrellas...jeje). El día estaba muy bonito y podíamos tranquilamente disfrutar de esta ciudad andina de Colombia en medio de un fuerte sol.
Luego de despedirmos de Sebastian con que pasamos muchas experiencias, a eso de las 12 am nos dirigimos al terminal. Allí compramos tres pasajes para Popayan y almorzamos algo ligero al vuelo ya que el carro salia pronto. Y así de forma rápida dejamos Pasto justo cuando empezaba a llover. El bus empezó su descenso hacia el Cauca. Toda era verdor, precipicios, y selva.
A los lados de la carretera habían de cuando en cuando poblados muy pobres habitados principalmente por negros. Me parecía espectacular la enorme cantidad de agua que caía a los lados de la carretera como si la pista fuese el fondo de una larga cascada. Luego de varias horas y ya al anochecer llegamos a Popayán que es la capital del Cauca. Tomamos un taxi hacia el hostel sobre el que Lucy tenia referencias (manejados por australianos como ella) pero no había espacio. Nos recomendaron otro que estaba bastante cerca y más para el centro de la ciudad. La cosa que decidimos quedarnos allí aunque este otro hostel no pintaba bien. Luego de dejar nuestras maletas en un habitación bastante precaria salimos a caminar por la ciudad. El centro de Popayan parecía una ciudad fantasma. Las calles estaban absolutamente vacías algo muy raro para ser un miércoles por la noche en una ciudad que es capital de provincia pero parece que así era la costumbre de la ciudad. Por momentos nos asusto el extremo silencio, las calles tenuemente iluminadas y aire a ciudad colonial que tenia (y mucho olor a cafe). Había muchas iglesias, muchas casonas. Todo muy raro para nosotros luego de estar tres días de juerga.
También la gente era distinta. No se si fue impresión mía pero la gente parecía mas orgullosa, altiva (lo habianos notado en el terminal de Popayan y tambien con los dueños del hostel). A diferencia de los pasteños que eran mas trigueños aquí la gente tenia la piel mas clara y un acento bastante diferente. En una tienda compramos unas cervezas y seguimos buscando algún sitio donde comer. Pero todo estaba cerrado, así que un poco asustados de tanta soledad regresamos al hostel. Después de bañarnos nos dispusimos a dormir. Lucy fue la mas interesada por que se tenia que levantar de madrugada para tomar un bus hacia Bogota donde ella vivíay trabajaba como profesora de ingles. Efectivamente se levanto en la madrugada y se baño, se alisto, se despidió de Tavis con un beso en la boca y de mi también. Me dio tristeza separarnos así, tan rápido, tan pronto. Que pena que nunca la volveré a ver, por que me agrado mucho los dias que la pasamos con ella e incluso teníamos un carácter bastante similar. Siempre tengo la imagen de ella bailando "El arbolito" del Grupo 5 conmigo en medio de plaza Nariño. Y asi estaba terminando una etapa de mi viaje. Al día siguiente salíamos con Tavis hacia Cali ciudad donde finalmente me separaría de el. Nuevamente la soledad se acercaba...

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