17 grados, cielo nublado

Hoy ha sido un dia muy limeño. Ni frio ni calor. Gris como el cielo que se encapota encima de la ciudad y como el polvo que entra desde el desierto costero y se empeña en llenar las fachadas de las casas, aunque las limpien. Con el pasar del tiempo he terminando asimilando que gris es el color de la tristeza pero tambien de una belleza extraña. Rostros ultradiversos, lujos y miserias; la extraña costumbre limeña de ser unos en sus casas y otros en la vida social; ese aura tropical andina importada. Estos días han sido cargados. La ciudad esta llena de carteles politicos. Mientras, yo he seguido caminando hoy por Av. Aramburú pensando en mis proyectos de dejar de ser "mileurista". En mi resistencia a apelmazarme en la monotonia de los años; aunque parte de mi me lo pida. No estar aqui. Y aunque quisiera hacer de viajar parte de mi vida, se que llevaré mi estampa gris conmigo. Quiza sea el pronostico de todos mis dias: 17 grados, cielo nublado. Y sobre la politica, desde mi propia "revolucion madrileña" he querido votar a la izquierda.

Lima esta con la Fuerza - La Sarita

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