Es Navidad

Recuerdo que cuando niño, la Navidad me despertaba más empatía. Los desayunos con panetón y chocolate caliente en los día soleados de Diciembre; mi hermana mayor preparando el pavo y yo mirando con mucha atención; la ropa nueva que me regalaban mis padres; la refrigerado repleta de muchas cosas para comer en épocas donde eso era un lujo.
Hoy, aun cerca a Enero, Lima sigue sin despejar. Mi hermana, como siempre, preparó el pavo pero yo la pase en mi cuarto. De regalos nada; por que mis sobrinas han ocupado ese presupuesto. Y de la refrigeradora aun más llena de cosas y más caras me importa poco por mi eterno temor a subir de peso.
La apatía me gana, aunque lucho para integrarme. Preparando las cosas para mi viaje con poco entusiasmo. Claro. Las presiones de mi jefe por acabar el libro que escribo yo, pero que sale con su nombre. La incertidumbre de quererte o tratar de no involucrarme más.
Joder. No debería estar triste pero las dudas, el estrés y el temor me embargan. Quiero que llegue el lunes para emprender el viaje a Brasil que contra viento y marea vengo luchando. Todo esta ya casi preparado.

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