Todo sobre mi viaje xv (13 de enero del 2009)

Ese lunes había quedado en que un bus que nos iba recojer a la chica sueca, su amigo impresentable y a mi para llevarnos a Santa Marta, mi penúltimo destino. Así fue. Llego a eso de las 10:00 am. Y nada. Así deje pronto a Cartagena y su buen aura. El auto emprendió camino por una carretera que iba en medio de la ciénaga. El viaje fue super cómodo por que eramos solos 5 personas en una VAN. Primero pasamos por Barranquilla. La ciudad en realidad no era tan mala como me la pintaban. La entrada era moderna con sus edificios y esas cosas. Ya mas adentro si se noto la pobreza y la marginalidad de la que me hablaron. Pero igual no desmerece su belleza.
Luego de 4 horas llegamos a Santa Marta. Una ciudad que a lo lejos se veía muy bonita y efectivamente así fue. Al fondo el color turquesa del Caribe. Todo fue tal como me lo había imaginado. No obstante no me quede en Santa Marta sino en Taganga. Un pueblito entrañable habitado por pescadores y una colonia judía.
Me había arriesgado a ir un hostel sin hacer reserva. Y me fallo. El hostel estaba lleno y me quede solo por que la hica y su amigo si tenían reserva. Note la risa burlona de el. Pero ni modo. Felizmente la recepcionista me dio la dirección de otros hospedaje y hasta fue mejor. Una familia me alojo como a dos cuadras del hostel por 16 000 pesos. Tenían un restaurante llamado Madame Taganga donde el señor preparaba hamburguesas y potajes locales. Tan pronto como deje mis cosas salir a caminar por la playa que había visto al entrar al pueblo en la camioneta. La experiencia fue super bonita. Salí a caminar por la playa. Almorcé viendo el atardecer en la playa. Estaba solo; pero no necesitaba a nadie mas. Me sentí tan bien. Libertad, mar azul, turquesa, sol tenue, buena musica, calorcillo. Quede fascinado. Ahora que han pasado meses desde entonces; aun recuerdo esos días. Colombia, Taganga, fue un sueño.... Pasaron varias horas hasta que decidí regresar al hospedaje. Cuando regrese al único cuarto que tenia el hospedaje encontré a dos chicas alemanas que hacían equipajes para irse a Bucaramanga. Me ofrecieron ir con ellas. Por un momento pensé en la posibilidad de aceptar la oferta. Se notaba que las chicas la pasaban bien. Pero decidí quedarme . Creo que fue lo mejor. Pase unos días inolvidable en ese lugar. Bueno la verdad no del todo. Habian unos chicos chilenos y argentinos con los cuales no congenie mucho. Bebí con ellos, fuimos a comer pizza a la playa esa noche. Tenían planeado acampar en Tayrona, yo también quería ir pero no creí que fuese buena idea pasarla con ellos. Cerveza, marihuana y farra no eran lo mio. Salían la mañana siguiente y la habitación quedaba solo para mi....

0 comentarios: