Somos la conjuncion de todo lo pasado

Las historias de mi padre de cuando niño sobre mi abuelo. Sobre chacras de maíz, de papas, de ocas. Las aguas turquesas de un rió que bajaba de las lagunas andinas. El olor a tierra húmeda. La descomunal sensacion de soledad en medio de imponentes cordilleras. Las aguas termales. Los caballos. Los eucaliptos creciendo en las quebradas. El cielo azul. Las lluvias, los rayos que en la costa nunca solemos ver. Las truchas fritas al costado del río. La plazas olvidadas de los pueblos. El molino colonial. Las manadas de alpacas transitando al borde de los acantilados. Las ruinas de los Chancas y de los Incas que algunas se alzaron imponentes. Los apus y los puquios. El tren que va a Huancavelica. La pachamanca. El huaylas. Los músicos. La fiesta del Apóstol Santiago. Los panes de Jauja. Huancayo y su extraño mestizaje. El quechua que en mi casa ya nunca se llegó a hablar. La sierra y su eterno olor a retama...

Aunque cada vez más globalizados, más urbanizados (limeños como, yo), más mestizos , más igualitarios como siempre debimos ser (aunque a algunos les joda); la sierra siempre estará presente para recordarnos a casi todos los peruanos de donde venimos. El mundo andino siempre sera nuestra diferencia frente al mundo tal como el mundo occidental (que heredamos de España) sera nuestro factor igualador ante el mundo.

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