Una noche de invierno personal

El sábado comí mermelada de mora en casa de Juliane (no encontré la de aguaymanto) . Es que salí con JP y reí mucho después de tiempo, risas como las de la época del colegio. Luego de despedirnos por Separadora Industrial a eso de la 1 de la madrugada, tome un taxi hasta Los Cóndores, de allí camine hacia a mi casa, muy abrigado por que ya empezaba a garuar. Y allí, en el camino, empecé a pensar sobre muchas cosas (entre otras). Pensé sobre la búsqueda de la felicidad, de mi felicidad, ahora que decidí vivir de lleno en este mundo. Pensé en el temor al fracaso, de esos que nunca había sentido antes. Pensé en esa “vida que realmente lo es” de la que alguna vez creí y cuya ilusión se me borra de a pocos aunque me asuste yo mismo. También pensé en ese miedo a sentirme solo, a los días esos que en algún tiempo han de llegar. De las decisiones que tarde o temprano afrontaré. En general, pensé en esas ganas tan humanas y tan mías de buscar felicidad. Fue entonces que llegue a la conclusión que hay cosas que están sobrevaluadas como las pollas largas (Kahlo tenia mucha razón), como la amistad, como la reducción de la pobreza en el país, como... la felicidad. Pienso que la felicidad no depende del entorno sino de ti mismo, y si la felicidad es la vida que tienes, pues vamos, es lo que hay; con sus alegrías y sus penas. Y entre otras cosas pensé en ti, en tus señales contradictorias, en tus súbitas muestras de interés y tus inesperadas indiferencias. Así que quede en tomarlo con un poco de dignidad y poco de indiferencia, también….
Al final llegué cansado a casa, tome un vaso de agua, entre a mi cuarto, me mire en el espejo grande mientras me quitaba la ropa como siempre suelo hacer, me puse un polo blanco y la pijama de cuadros, desde la ventana se veía las luces de Lima, me acosté en la cama y mientras tomaba el sueño escuchaba “La Maquina del Tiempo”…...

“Vi pasar la soledad por mi calle
vi cruzar su multitud sin mirarme
claramente pude ver que no había tristeza ahí
tampoco escuché reír, sólo vivía y se dejaba vivir

Vi también la suavidad de un romance
dulcemente en su especie prolongarse
quise mis ojos cerrar y a mis sueños echar a andar
sólo dar un paso atrás y seguir con mi viaje

Ah aaaaaah! Ah aaaaaah!...
En mi máquina del tiempo sin hallar claridad….”

1 comentarios:

Anónimo dijo...

No es invierno y es casi un año despues...